-Más de una vez me he encontrado rodeado de mis compañeros de orquesta en algún escenario tocando una sinfonía. Todos aparentemente concentrados y entusiasmados como yo con el trabajo que estábamos desarrollando. Pero qué estaría pasando por sus cabezas cuando de repente yo me despertaba a medio concierto y me hacía cargo de la realidad, ¡Llevaba más de media hora pensando en el ruidito que desde ayer tenía el coche, en el viaje que iba a hacer en vacaciones, en qué cenaría cuando saliera de allí y en no se que yo cuantas otras cosas más! Mis movimientos eran puramente mecánicos. De tantas horas de ensayo, había conseguido tocar la partitura inconscientemente, porque sabrás que cuando tocas no puedes pensar en las notas que vas a dar, te tienen que fluir sin esfuerzo, solas, de una manera automática.
Los mecanismos de control consciente son demasiado lentos y no serviría en la mayoría de los casos, a no ser que la partitura fuera demasiado fácil.
...Parece magia!
Laura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario